ANALISE (título provisional)

CAPÍTULO 2

   Analise se acerca a la mesa mientras piensa, empieza la acción.


    - Supongo que eres Nathan.- dice sonriendo al chico que no aparentará más de veinticinco.- Hola, soy Celine. Soy tu cita a ciegas... pero, bueno, también supongo que ya lo sabes, ¿no?

    Habla atropelladamente, fingiendo que está nerviosa de conocerle y que su timidez la hace actuar de ee modo. Él le devuelve la sonrisa. La verdad es que si fuera por ella, ahora mismo lo abordaría y lo arrastraría a algún lugar poco transitado para interrogarlo, pero no puede hacerlo si quiere conservar la baza del anonimato.

    - Supones bien.- dice Nathan invitándola a sentarse. Ella acepta y se sienta enfrente del chico.- Encantado de conocerte, Celine.
  Ella sigue su papel lo mejor que puede, empieza a hablar de "sus perros" Gerry y Martie, "sus paseos por la playa"... y muchas cosas aburridas más.

   - Tu vida es muy interesante.- comenta Nathan sonriendo. Analise se ríe, esta vez de verdad, mientras piensa,
si supieras cómo vivo realmente... 

    
Analise piensa en su verdadera vida, todo lo que está diciendo es mentira, Nathan está quedando con una impostora. A Analise se le cruza un sentimiento de culpa por la mente, pero justo después lo expulsa. Utilizaré todos los medios necesarios, aunque eso signifique utilizar los mismos métodos que mis enemigos.

   - Bueno, estoy hablando demasiado de mi vida... seguro que tienes mejores cosas que contar...- dice fingiendo estar interesada.

    Nathan baja la cabeza rápidamente, y traza delicadamente con el dedo índice derecho los dibujos de la madera antigua. Tarda unos minutos en hablar.

    - No hay nada interesante... solo trabajo y más trabajo... ¿qué más? bueno, mis jefes son unos capullos...- dice Nathan en voz baja.

    Y que lo digas, piensa ella. Pero intenta consolar al chico.

    - No digas eso...- utiliza un tono suave y habla lentamente, sonriendo. Extiende una mano y la pone encima de la mano con la que estaba trazando los dibujos.- Seguro que están muy ocupados, y por eso parecen así.

    Nathan alza la vista directamente a los ojos de Analise, su boca ya no forma una sonrisa y muestra un gesto serio. Se zafa de la mano de Analise y juguetea con los dedos de la chica.

    -No son ese tipo de capullos. Son gente mala controlada por gente mala.

    Analise se da cuenta en seguida de que el empleado del bufete sabe algo. Decide seguir explorando su terreno para ver qué sabe. Se hace la chica inocente y finge no saber nada, ni entender lo que dice:

    -No sé si lo entiendo... he visto en tu perfil que trabajas para un bufete... ¿cómo pueden ser los abogados malos? ¿son corruptos?- pregunta casualmente, intenta no sonar muy desesperada, aunque su tono delata un ápice de impaciencia.

    El empleado mira por toda la taberna, fijándose en cada detalle y en cada persona presente. Después, vuelve a mirar a Analise. Sus ojos grises repasan cada gesto y cada línea del rostro de ella. Se toma su tiempo antes de responder.

    -Es que...Sólo... son gente en la que no puedes confiar... si te alejas de ellos, mejor... He visto a mucha gente que se ha confiado y luego ha acabado... bueno, eso, ha acabado. Si dejamos de hablar de este tema mejor, no quiero involucrar a más personas de las que ya hay.

    Analise se queda callada y sorprendida por la respuesta de Nathan. El chico se ha cerrado en banda, no ha ido tan bien como ella quería, pero aún tiene otra oportunidad más. Para ello necesita tener un buen estómago, no es algo que todos puedan soportar. Podría dejar que se marchara, pero sosprecha que sabe mucho más de lo que dice. Plan B.

    -Nathan...- dice cerrando los ojos y apoyando la frente en una mano.- Me encuentro fatal, esta música me marea...

    -No te preocupes, voy a pagar la cuenta y salimos a dar un paseo.- se levanta y se dirige a la barra donde el camarero prepara ahora un café. Intercambian unas palabras, y luego Nathan extiende unos billetes que el camarero acepta con una sonrisa. Acto seguido, se acerca a la mesa donde Analise finge encontrarse mal y la acompaña a la calle.

    -Gracias, la música de la taberna me estaba matando.

    -No hay que darlas...-hace una pausa y luego acerca su cabeza a la de ella al tiempo que dice, sonriendo.- si te digo la verdad, a mi también me estaba mareando.

    Analise se ríe, pero de verdad. Utilizar los mismos medios que el enemigo, con este chico, va a ser duro. La chica le pregunta si quiere ir a "su casa". Él duda unos minutos, pero al final acepta. Donde te llevo podremos hablar tranquilamente de todo lo que queramos.

   Después de media hora andando y de decenas de callejones pasados, Nathan se detiene de repente. Analise se gira para ver qué le pasa, pero se sorprende al ver que Nathan ya no está. Ha desaparecido. Analise recorre las calles cercanas, pregunta a las tiendas y bares, y espera unos minutos por si se da el caso de que vuelva, pero ya no hay rastro de su cita... en un segundo, Nathan se ha esfumado, y con él la última oportunidad de ganar una batalla, al fin, frente a muchas derrotas.

   Analise se siente impotente, no ha podido hacer nada, la ha pillado por sorpresa.

    Se enfada y se dirige al motel, pero ya no mira si alguen la sigue, no toma la precaución de andar sin rumbo por la ciudad para despistar a posibles espías. La rabia recorre su cuerpo, y pronto estallará. A duras penas logra contenerse mientras anda por la calle para no llamar la atención, pero cuando cierra la puerta y activa la pequeña bomba, se permite gritar y pegar puñetazos a las paredes. Le ha costado mucho llegar hasta aí y ahora no se va a detener. Nathan es mi objetivo, y si no colabora por las buenas... lo hará por las malas. 


    
Se le esfuma el último resto de culpabilidad, no dejará escapar esta baza, aunque tenga que ser la persona más vil de la ciudad. 
 






  




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